jueves, 11 de junio de 2009

El Hombre del hacha

El asesino queria que no dejara de sonar música jazz


Nueva Orleans, la ciudad del jazz, se vio conmovida a principios del siglo XX por un feroz criminal. Atacó por primera vez la noche del 22 de mayo de 1918: sus víctimas fueron Catherine y Joseph Maggio, una pareja de almaceneros que dormía plácidamente en su cama. Ambos recibieron golpes de su hacha hasta morir; también les cortó la garganta con una navaja de barbero que dejó a los pies de la cama. Abandonó el hacha en la bañadera, junto a su propia ropa ensangrentada.El crimen de Catherine y Joseph MaggioEse año, atacó por lo menos tres veces más: dejó tres muertos —dos de ellos mujeres— y tres heridos. Casi todas las víctimas eran inmigrantes italianos almaceneros. El asesino siempre atacaba de noche a personas dormidas y dejaba el hacha cerca: en la cocina, en el patio, cerca de la cama.En agosto de 1918 pareció detenerse. Pero menos de un año después volvió con ferocidad redoblada: mató a hachazos a Charles Costimiglia y su hija de dos años; su esposa sobrevivió.El crimen de la familia CostimigliaLa policía, los medios de comunicación y la gente lo bautizaron como “El Hombre del Hacha”. Su nombre se pronunciaba con temor y respeto.Cómic sobre el Hombre del HachaUn día, mientras la cacería humana proseguía, el editor del periódico Times, el señor Hennesy, recibió una carta del asesino:“Estimados Mortales:“No me han atrapado y nunca lo harán. No pueden verme porque soy invisible, como el éter que rodea a la Tierra. No soy humano, sino un espíritu, un ángel caído del ardiente Infierno. Soy el que ustedes, habitantes de Nueva Orleans, y la policía, llaman ‘El Hombre del Hacha’. Cuando lo decida, saldré nuevamente a reclamar otras víctimas. Sólo necesito saber quiénes serán. No necesito ninguna otra cosa excepto mi hacha sangrienta, bañada con la sangre y los sesos de ustedes, para hacerme compañía. Si lo desean, puede pedirle a la policía que no me provoquen.Hennesy, editor del Times“Por supuesto, soy un espíritu razonable. No me ofende la forma en que ellos han dirigido su investigación en el pasado. De hecho, ellos han sido tan absolutamente estúpidos acerca de mí, pero eso le divierte a Su Satánica Majestad. Me permito decirles que tengan cuidado. No intenten descubrir lo que yo soy, no nacieron para incurrir en la ira del Hombre del Hacha.Mapa de Nueva Orleans en 1918-1919 (click en la imagen para ampliar)“Indudablemente, ustedes piensan en mí como en el asesino más terrible, pero yo podría ser peor si quisiera. Si lo deseara, podría hacer una visita a su ciudad todas las noches. A voluntad podría matar a miles de sus ciudadanos más buenos, porque tengo una relación íntima con el Ángel de la Muerte.“Ahora, para ser exacto, a las 12:15 (en tiempo terrenal) de la próxima noche del martes, voy a visitar Nueva Orleans de nuevo. En mi misericordia infinita, voy a hacer una proposición a ustedes. Aquí está: yo mismo soy aficionado a la música de jazz, y juro por todos los diablos de las regiones inferiores que cada persona en cuya casa haya música de jazz, no será atacada. Si todos ponen música de jazz, entonces será un tanto para ustedes las personas. Una cosa es cierta y eso es que alguna de esas personas que no pongan jazz él el martes por la noche (cualquiera), conseguirá el hacha. Bien, como yo tengo frío y pido el calor de mi Tártaro nativo, cesaré mi discurso. Espero que publique esto, ya que soy y seré el peor espíritu que en la vida existió.“El Hombre del Hacha”Nueva Orleans en 1918La carta fue publicada; la noche anunciada era el martes 19 de abril. Desde la tarde, la ciudad de Nueva Orleans se preparó para una gran fiesta: el jazz sonó en todas las casas, en todas las calles había bandas, también en los ares y en sitios públicos. Hubo música de jazz hasta bien entrada la madrugada y, cumpliendo su palabra, el Hombre del Hacha perdonó, como había prometido.El Hombre del Hacha de Nueva Orleans atacó tres veces más ese año y mató a otras cuatro personas. Se detuvo el 27 de octubre de 1919, con el asesinato de Bruno Mike Pepitone. Nunca reapareció. El caso nunca fue aclarado.La muerte de Bruno Mike PepitoneHasta la fecha, muchos de los habitantes del estado de Louisiana, específicamente de Nueva Orleáns, afirman que el Hombre del Hacha era realmente un espíritu vengativo. Para otros, era solamente un criminal a quien le fascinaba el jazz. Inspiró varias piezas musicales de este género (entre ellas, “El jazz del misterioso Hombre del Hacha”) y se convirtió en parte de las leyendas de una ciudad aterrorizada.

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