lunes, 9 de noviembre de 2009

Grandes poemas

Rilke


Las elegías de Duíno

Primera elegía

¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes
angélicas? Y aun si de repente algún ángel
me apretara contra su corazón, me suprimiría
su existencia más fuerte. Pues la belleza no es nada
sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces
de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente
desdeña destrozarnos. Todo ángel es terrible.
Así que me contengo, y me ahogo el clamor de la garganta
tenebrosa. Ay, ¿quién de veras podría ayudarnos? No
los ángeles, no los hombres, y ya saben los astutos
animales que no nos sentimos muy seguros en casa,
dentro del mundo interpretado. Nos queda quizás
algún árbol en la loma, al cual mirar todos los días;
nos queda la calle de ayer y la demorada lealtad
de una costumbre, a la que le gustamos, y permaneció,
y no se fue. Oh, y la noche, y la noche, cuando el viento
lleno de espacio cósmico nos roe la cara:
¿Para quién no permanecería aquélla, la anhelada,
la tierna desengañadora, ahí, dolorosamente próxima
al corazón solitario? ¿Es más suave con los amantes?
Ay, ellos sólo se ocultan uno a otro su suerte.
¿Todavía no lo sabes? Arroja el espacio que abarquen
tus brazos hacia los espacios que respiramos; quizá
los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo más íntimo.

Sí, las primaveras de veras te necesitaban. Varias
estrellas te pedían que las rastrearas. Se alzaba
en el pasado una ola hacia ti, o cuando pasabas
por una ventana abierta, se te entregaba un violín.
Todo esto era una misión, ¿pero fuiste capaz de cumplirla?
¿No estabas siempre distraído por la esperanza, como
si todo ello te anunciara a una amada?
¿Dónde intentas alojarla, si en ti los grandes pensamientos extraños
entran y salen, y con frecuencia se quedan durante la noche?.
Pero si sientes anhelos, canta pues a las amantes; no es,
en absoluto, suficientemente inmortal su famoso
sentimiento. Aquéllas que casi envidias, las abandonadas,
las encuentras mucho más amantes que las saciadas.
Empieza siempre de nuevo la alabanza siempre inalcanzable.
Piensa: el héroe sigue en pie, aun el ocaso fue para él
sólo un pretexto para ser: su último nacimiento.
Pero a las amantes la exhausta naturaleza las recoge
en su seno, como si no hubiera fuerzas para lograr esto
dos veces. ¿Has pensado lo suficiente en Gaspara Stampa,
y lo que puede sentir cualquier chica a quien el amado
abandonó, frente a tan elevado ejemplo de mujer amante:
¿Llegaré a ser como ella? ¿Estos, los más antiguos
dolores, no deberán, por fin, darnos fruto? ¿No es
tiempo ya de que, al amar, nos liberemos del amado y,
temblorosos, resistamos, como la flecha resiste al arco,
para ser, unidos en el salto, algo más que la sola
flecha? Porque el permanecer está en ninguna parte.

Voces, voces. Corazón mío, escucha, como sólo los santos
escuchaban; la enorme llamada los alzaba del suelo;
pero ellos seguían de rodillas, de modo imposible,
sin darse cuenta: de tal manera escuchaban. No
que pudieras soportar la voz de Dios, lejos de eso, pero
escucha el soplo, las noticia incesante que se forma
del silencio. Murmura hasta ti desde aquellos que han
muerto jóvenes. ¿Acaso su destino no se dirigió siempre
tranquilamente a ti, en Roma y Nápoles, cuando entrabas
en alguna iglesia? O una inscripción sublime se grababa
para ti, como hace poco la lápida de Santa María Formosa?
¿Qué quieren de mí? Debo apartar en silencio
la apariencia de injusticia que a veces estorba un poco
el puro movimiento de sus espíritus.

Realmente es extraño ya no habitar la tierra,
ya no ejercitar las costumbres apenas aprendidas;
a las rosas, y a otras cosas particularmente promisorias,
ya no darles el significado del futuro humano; ya no ser
aquél que uno fue en interminables manos angustiadas
y hasta hacer a un lado el propio nombre, como un juguete
roto. Extraño, ya no seguir deseando los deseos. Extraño,
ver todo lo que tenía sus propias relaciones, aletear
tan suelto en el espacio. Y estar muerto es doloroso,
y lleno de recuperación, de modo que uno rastree
lentamente un poco de eternidad. Pero todos los vivos
cometen el mismo error de diferenciar demasiado
tajantemente. Los ángeles (se dice) con frecuencia no
sabrían si andan entre los vivos o entre los muertos.
La corriente eterna arrastra siempre consigo todas
las edades a través de las dos zonas y atruena sobre ambas.

Finalmente ya no nos necesitan, los que partieron
temprano, uno se desteta dulcemente de lo terrestre, como
uno se emancipa con ternura de los senos de la madre.
Pero nosotros, que necesitamos tan grandes secretos,
nosotros que tan frecuentemente obtenemos del duelo
progresos dichosos, ¿podríamos existir sin ellos?
¿Es inútil el mito de que, en la antigüedad, durante
las lamentaciones fúnebres por Linos,
una atrevida música primitiva se abrió paso en la árida materia
inerte; y entonces, por primera vez, en el espacio
sobresaltado, en el que un muchacho casi divino de pronto
se perdió para siempre, el vacío produjo esa vibración
que ahora nos entusiasma y nos consuela y ayuda?

* * *

sábado, 31 de octubre de 2009

poemas de Catulo

Aquí van cuatro hermosos poemas de este clásico clásico autor





XVI

Os daré por el culo y por la boca,
mamón de Aurelio y Furio maricón,
que decís que no tengo yo vergüenza
porque algo afeminados son mis versos.
Sabed que ha de ser íntegro el poeta
en su vida, más no en su poesía,
pues esta, al cabo, tiene ingenio y gracia
por ser afeminada y descarada.
y capaz de poner algo calientes
no digo a niños sino a peludos
que no pueden mover sus duros lomos.
Vosotros me leisteis tantos miles
de besos ¿poco hombre me creéis?
Os daré por el culo y por la boca.


XXV

¡Eh! Talo, marica, más suave que la piel de conejo,
o más que el plumón de una oca, o que un tierno lóbulo,
o el lánguido pene de un viejo, o telas de araña,
y, Talo, también más ladrón que un ciclón turbulento,
si del guardarropas vostezos te muestra la luna,
devuélveme el manto y también los pañuelos de Sébastis,
y aquellos bordados de Tinia que tú me robaste
y exhibes, idiota, como unos recuerdos de abuelo.
Despégatelos de tus uñas y mándamelos,
si no en tus costillas de lana y tus manos blandengues
hará garabatos infames mi ardiente flagelo.
Te vas a agitar como nunca igual que un barquito
que el viento furioso sorprende en medio del mar.


XXXII

Te lo ruego, dulce Ipsitilia mía,
encantos y delicias de mi vida,
invítame a tu casa por la siesta
y hazme este otro favor, si es que me invitas:
que nadie eche el cerrojo de la puerta
y ten tú la bondad de no salir.
Mejor quédate en casa preparada
para echar nueve polvos sin parar.
Aunque invítame ya, si vas a hacerlo,
que acabo de comer y, panza arriba,
atravieso la túnica y el manto.


XXXIII

Oh el más hábil chorizo de los baños,
Vibenio padre y tú, putón del hijo,
(pues si es sucia del padre la derecha,
más voraz es aún del hijo el culo)
¿por qué a una mala costa o al exilio
no os largáis, si del padre las rapiñas
famosas son y tus peludas nalgas
ni vender puedes, hijo, por un duro?

grandes fotográfos

Miron Zowni








Musicos malditos

El enigmático Jandek



Como un rompecabezas magnético. No se sabe nada de la vida de este hombre, se intuye su nombre pero nunca confirma ni desmiente nada. Se comunica a través de un apartado de correos de nombre falso con sus fans. Con cada disco que se le es encargado, envia una foto antigua suya.
su sonido es espectral, Jandek, un musico tan raro solo podia venir de texas, que suerte estar tan cerca, Jandek en sus inicios grababa languidas melodias con una guitarra acustica, la obra de un hermitaño y su guitarra, un hombre que habia creado su propio universo musical en donde la fantasmagoria, las atmosferas clasutrofobicas, la soledad y una guitarra eran sus principales armas, Jandek recita su poesìa, mientras apenas acaricia su guitarra, musico de culto donde los haya.
Jandek supone el caso-estudio del artista que nunca estuvo en el ojo público. Su depresiva música está sujeta a conjeturas, peo todo lo que hay son rumores: El más común es que enfermo mental, Jandek utilizó músicoterapia en su rehabilitación, y funcionó tanto que comenzó a grabar álbumes. Los cheques enviados por su discográfica eran recogidos por otra persona y la peli sobre su vida que él produjo fue interpretada por un actor.
Jandek es posiblemente el artista más misterioso de la historia de la música. Lleva una vida de absoluta reclusión, vive en paradero desconocido y ha editado sus más de cuarenta discos, en un pequeño sello propio del que la única información es un apartado de correos desde donde se envían las copias de sus grabaciones. Además nunca ha concedido una entrevista y hasta hace un par de años no había actuado en directo, lo hizo sólo con la condición de que no se publicitara el evento. Todo este misterio creado alrededor de su persona, le ha hecho ser considerado un artista de culto, a pesar de tener una obra difícil e inclasificable. Este primer álbum representa perfectamente el hermetismo del mundo de Jandek. A su voz tenebrosa que parece estar pidiendo ayuda eternamente, acompaña una guitarra accidentalmente desafinada. Con sólo esos dos elementos es capaz de crear un ambiente tremendamente inquietante, capaz de atraparte o angustiarte para siempre.

Galeria psicodélica
























miércoles, 21 de octubre de 2009

grandes Canciones

El desertor - boris Vian



EL DESERTOR

Señor presidente
Le escribo esta carta
Que quizá lea usted
Si tiene tiempo.

Acabo de recibir
La orden militar
Para ir a la guerra
El próximo miércoles

Señor presidente
No voy a hacerlo
No vine a este mundo
Para matar pobre gente

No quiero que se enfade
Pero he de decirle
Que mi decisión es firme:
Voy a desertar

Desde el día en que nací
He visto morir a mi padre
Partir a mis hermanos
Y llorar a mis hijos

Mi madre sufrió tanto
Que ya está bajo tierra
Se ríe de las bombas
Y hasta de los gusanos

Cuando estuve preso
Me robaron la mujer
Me robaron el alma
Y todo mi pasado

Mañana muy temprano
Les cerraré la puerta
A aquellos años muertos
Y me echaré al camino

Pediré limosna
Por las rutas de Francia
De Bretaña a Provenza
Y les diré a las gentes:

«Niéguense a obedecer
Niéguense a colaborar
No vayan a la guerra
Niéguense a partir»

Si hay que derramar sangre
Derrame usted la suya
Pues tan buen apóstol es
Señor presidente

Si ordena que me busquen
Dígales a sus agentes
Que no llevaré armas
Que pueden disparar

jueves, 15 de octubre de 2009

El noi del sucre galaico catalán


Poeta, cuentista, creador de tangos arrabaleros, de jotas enloquecidas, de melancólicas muñeiras, de seguidillas nerviosas, de un montón de grandes sardanas y sardinas. considerado el mejor hechador de cartas de tarot junior, coleccionista de conejos gigantes, gran bailarín de bailes ligeros, crónista de su época, médium, charlatán, creador de canciones campestres , guitarrista, ciéntifico, saltimbanqui, crítico cinematográfico ( especializado en lars Von trier), ladrón de bibliotecas y librerias, físico, patafísico, especialista en juegos malabares, profesor del instituto de ciencias metafisicas galaicas, humorista... Entre el mito y la realidad cabalga este extraño personaje cuyo nombre no conocemos pero del que nos han llegado multiples ( algunas absolutamente increibles) anecdotas. Dejamos aquí de momento una de sus crónicas ya míticas. Crónicas que mezclan sus recuerdos infantiles con teorias filosóficas originales.



El imperativo Fernandito, por favor

Wittgenstein certificaba que “ética y estética son lo mismo”, o literalmente “son Uno” ( en vernáculo dicotomero sind Eins). Profería semejante apotegma en el contexto de una ética trascendental, como lo es la estética. Esta trascendentalidad de la ética remite a un sujeto que no está más allá de los límites del mundo, sinó que se determina como un límite del mundo. Lo trascendental es, por tanto, el límite, como concepto fronterizo, y el sujeto, como sujeto de ese límite (o sujetado a dicho límite si se prefiere).
El docto galimatías wittgensteniano sobre la estética de la ética es demostrado con sagacidad por el encomiable Imperativo Fernandito pu favó, que, en un arranque de ventolera filantrópica me atrevo a presentaros para vuestra gozosa fruición (y para el íntimo perfecionamiento de vuestra inproba moralidad). Pero permitidme que reproduzca exactamente el circunloquio que tuvo lugar ahora hace aproximadamente dos años en el Magic, antro de delectaciones chirigoteras y de meditaciones atinadísimas, cuando a los otrora filosofastros Alejandra Escosell y Pichágoras, les cambió la vida (para peor, se entiende) esta misteriosa revelación.
Como bien ignorais, existen tres imperativos éticos de sagaz y simple formulación que modulan cualquier acción humana en el mundo, imposibilitando el error si uno se atiene escrupulosa y audazmente a cada una de las tres formulaciones.
El primero de ellos, me gusta particularmente, es el imperativo cristiano: ‘aquello que no quieres que hagan contigo no hagas con los demás’. Vosotros, avispados filosofastros, no habreis pasado por alto ciertas carencias de este imperativo. Para empezar es un imperativo pasivo, que exhorta a no hacer, más que a hacer. El imperativo cristiano ampara así a los que deciden no actuar, no estar en el mundo, no intervenir. Pero puede ser considerado ético el que no actúa? Según entiendo, la ética es un reflexión sobre la conveniencia de las acciones, pero no sobre la conveniencia de las no acciones, que no pueden resultar ni convenientes ni inconvenientes ya que no son. En este sentido, la cristica afirmación comulgaría con otro imperativo oriental mucho más delicioso, por incitar abiertamente a la vagancia: ’no hay nada que con no hacer nada no se solucione del todo’ (es esta la piedra angular de la religión profesada por todos mis ancestros desde que el mundo es mundo).
Para salvar este imperativo, algunos han dado en reformularlo al modo ‘así como quisieras que obraran contigo obra tú con los demás’. Pero también esta formulación tiene sus inconvenientes, puesto que lo que uno quiere para si mismo no tiene necesariamente que coincidir con lo que otro desea para sí. Se me ocurren muchos ejemplos: masoquistas, suicidas, meningíticos, dementes, desquiciados, porculeros y otros adalides semejantes del apocalypsis mental que nunca querrias que obraran contigo de la manera que obran con ellos mismos.
No le pasó desapercibida esta reserva a Antonio Machado cuando afirmó: ‘ama a tu prójimo como a tí mismo, pero recuerda que el prójimo es siempre otro’.
El segundo imperativo es el Imperativo categórico Kantiano, un concepto central de toda ética moderna que pretende ser un mandamiento autónomo capaz de regir el comportamiento humano en todas sus manifestaciones. En su formulación más desarrollada reza así:”actúa según aquella máxima que creas que pueda convertirse algún dia en ley universal”.
Lo bueno de este imperativo es que apela a la razón y al análisis y no a las apetencias o deseos del sujeto ético. Un degenerado puede desear un mundo de depravación y vicio y a la vez ser consciente de que sus acciones y deseos nunca podrían, ni convendría que pudiesen, ser el corpus central en el que se fundamantara una ley universal. Este degenerado sería capaz, incluso, de inhibir sus tendencias al cabronerío en pos de la armonía cósmica. (Sobre este imprativo no he encontrado pega lógica alguna, pero no me gusta por demasiado sensato y abrasivamente lógico).
El tercer imperativo es el pindárico: ‘llega a ser aquello que eres’. Es un imperativo perfecto, sólo tiene el pequeño detalle de que un humano corriente puede tardar mil billones de años en saber qué o quien es. Así, este imperativo es más una promesa poética que una enseñanza de utilidad práctica.
Falta el cuarto y definitivo imperativo
Fernandito era un compinche de pillerias juveniles, gamberro, incívil y disoluto todo él, primogénito de una devota beata (señora de pláticas y ruegos) que le reñía por los ventanales de nuestra infancia al grito de Fernandito pu favó. Resulta que en cierta ocasión Fernandito gozaba de los adolescentes placeres de la mastubación en la privacidad de su alcoba cuando su bienamada madre irrumpió cautelosamente sorprendiéndole en los trajines lúbricos. La escena en si no tiene mayor trascendencia si no fuese por lo que dijo su madre ante tal desatino.
Es ESTO lo que quieres estar
Haciendo
cuando cristo vuelva?
Me imagino a Cristo en su segundo advenimiento arrojado de nuevo a los terrores terrígenos, hecho mortal, lacónico, centrado en su misión redentora... Aún no sabe muy bien ni el tiempo ni el espacio en el que se halla, se despereza, abre los ojos al nuevo mundo, y que es lo primero que ven sus ojos? a Fernandito dandole al manubrio!!!
Y ahora se eleva una pregunta a todos vosotros...sea lo que sea aquello que esteis haciendo en este preciso momento...es eso lo que quereis estar haciendo cuando cristo vuelva?
Esta pregunta, que tintinea como una amenaza y posiblemente os ha hecho crujir todos los tuétanos, añade un detalle al acto moral que los anteriores imperativos habían obviado. Se trata de la urgencia de la acción correcta; pues en este caso, cada instante cuenta. Puesto que puedes disponerte a realizar la acción moral más considerable y loable de cuantas existan en el mundo, pero mientras no la realizas...que estas haciendo? Es eso lo que quieres estar haciendo cuando cristo vuelva? Porque el segundo advenimiento no esperará a que estés preparado, ni perfumado..¿no? Puede pillarte en las letrinas, en un suspiro, en un mal pensamiento, en una ventosidad, quien sabe...
Tengo mucho miedo...