miércoles, 1 de julio de 2009

La increible historia del señor wences

Wenceslao Moreno ; el ventrilocuo más famoso del siglo xx







Jugando por las calles, Wences, que tenía 10 años en aquél momento, y su hermano Felipe, quedaron deslumbrados ante las actuaciones de los ventrílocuos callejeros Ninchi, Roque, el tío Juliano y el señor Sanz. Los hermanos Moreno comenzaron actuando por los pueblos de Salamanca y cobrando un chorizo o unos huevos como entrada. Después Wences trabajó por toda España uniéndose a distintas trouppes de artistas.


En Madrid, capital de la Europa neutral durante la Gran Guerra de 1914, los hermanos Moreno actuaban ya en teatros y circos. Allí quiso conquistar a Wences una baronesa austriaca, Flora Spleind, que acababa de romper su relación más que sentimental con el famosísimo Frégoli. Wences llegó, incluso, a utilizar, tres o cuatro voces para huir de la austriaca. En 1918 se presentó en el teatro Novedades de San Sebastián con la compañía de la Argentinita.

En 1934 Wences llegó a Buenos Aires. Un año después desembarcó por primera vez en Nueva York para actuar en un club situado en el popular barrio de Greenwich Village. Durante aquellos años intercaló giras por Paraguay, Uruguay, Perú, Bolivia, Buenos Aires, Río de Janeiro, Caracas, México y La Habana. Fue allí donde consiguió el contrato para actuar en el cabaret newyorkino “El Chico”. En 1937 regresó a Europa para actuar en Londres ante el Rey Jorge y la Reina María, abuelos de la Reina de Inglaterra, y acudió después a El Cairo, junto a su hermano Felipe, para actuar ante el Rey Faruk de Egipto.




En 1943, tras separarse de su primera esposa, se casó con una inglesa de padres rusos y origen judío, Nathaly “Taly” Coover, que fue una gran danzarina que dominaba nueve idiomas, y que pasó desde el primer momento a controlar la carrera del ventrílocuo. Wences vivió la II Guerra Mundial siendo teniente de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Con sus actuaciones llenaba las enormes carpas que el ejército americano habilitaba para animar a los combatientes en el frente. En Hollywood, el Señor Wences intervino en algunas películas, como “Cena a Medianoche”, de Frank Borzage, que terminó con un pleito a la productora por hacer desaparecer de la pantalla y de los créditos al artista español, o la producción de Walter Lang de 1947 “Mother wore thights”, titulada en España “Siempre en sus brazos”, con Betty Grable en el papel protagonista.

Wences Moreno actuó en los mejores teatros de Nueva York; el Radio City Music Hall, el Roxy, el Capitol o el Paramount, y siempre será recordado en la Gran Manzana, donde residió durante más de 60 años, por llevar su nombre un tramo de la calle 64 entre la Octava Avenida y la Avenida de Broadway. Sus personajes más conocido fueron Pedro, que llegó a ser conocido mundialmente como “el hombre de la caja”; Cecilia, la gallina parlanchina, el médico francés Monsieur Lafouret, y el británico Mr. Foster, ocasionalmente empleados en las actuaciones europeas, y el autómata Robertito. Aunque sin duda, el más popular fue "Johnny Martin", que era la mano izquiuerda del Señor Wences disfrazada con peluca y unos botones a modo de ojos.
Desde el principio, la carrera de Wences Moreno fue manejada con astucia por sus representantes. Permaneció durante 35 años junto al productor teatral William Morris, desde su llegada a Nueva York. Aristóteles Onassis, el “griego de oro”, se convertiría en ocasional contratista, como también lo fueron los prestigiosos agentes Austin y el mítico Arthur Kaps. El Señor Wences actuó en la Casa Blanca ante los Presidentes Roosevelt, Truman, Eisenhower, y Nixon. Aseguraba no conocer el fracaso, y su secreto consistía en no ser jamás grosero, ni decir cosas que pudieran molestar al público, porque consideraba que eso le haría perder su dignidad profesional. El frac, confeccionado en las mejores sastrerías de Londres, fue siempre su uniforme sobre el escenario, mientras que fuera de él mantuvo la costumbre de usar pajarita.
En la década de los Cincuenta el Señor Wences actuó en el mítico Lido de París. Después, acompañó a Danny Kaye en una gira alrededor del mundo que arrancó en el London Paladium de Londres, recorrió Ciudad del Cabo, Johannesburgo, Pretoria, Durban, Canberra, Melburne y los teatros a la americana de Tokio. Actuó también con Dorothy Lamour, Zsa Zsa Gabor, y junto Dean Martín y Jerry Lewis en Las Vegas. Su fama no sólo se mantenía, sino que crecía cada día, y apareció como estrella invitada en los shows televisivos de Andy Williams, Jack Benny y Perry Como. Durante siete años, hasta mediados de los Setenta, Wences regresó a París para presentar su espectáculo en el Olympia y el Crazy Horse.
En 1980 Jim Henson, el inolvidable creador de Barrio Sésamo y del Show de los Teleñecos, que se reconocía desde niño como un rendido admirador de Wences, le pidió en una carta que aceptase su invitación para intervenir como artista invitado en uno de los programas de la quinta temporada del Show de los Teleñecos. En 1986, cuando contaba 90 años, se embarcó en una gira por toda Norteamérica con el musical “Sugar Babies”, dentro de la compañía de Ann Miller y de su gran amigo Mickey Rooney. Wences, como buen español, era sociable y muy simpático, y a lo largo de su dilatada carrera llegó a entablar amistad con personajes como Spencer Tracy, Frank Sinatra, con quien compartió camerino en Nueva York en 1939, Orson Welles, Alfred Hitchcock y Walt Disney. También con genios del pensamiento y la literatura como Miguel de Unamuno, Ernest Hemingway, Juan Ramón Jiménez o el doctor Gregorio Marañón.


En Agosto de 1996, Wences Moreno pregonó las fiestas de la Transverberación de Santa Teresa en Alba de Tormes, un pueblecito cercano a Salamanca. Allí, los niños continuaban diciéndole: “Don Wences, ¿me hace usted una magia?”. El 24 de Septiembre de 1996 la alcaldía de Salamanca decretó dedicar una calle al más universal de sus paisanos. Mientras, al otro lado del Atlántico, el agente newyorkino Marty Fisher coordinaba los actos de homenaje en el 100 aniversario del artista; El alcalde de Nueva York le dedicó una calle próxima a los antiguos estudios desde donde se emitía el Show de Ed Sullivan; La ciudad de Las Vegas le rindió un masivo reconocimiento, y el Sindicato de Actores americano lo distinguió por ser el actor más longevo de todo el país. En la ceremonia, compartió escenario con figuras de la talla de Kirk Douglas, y comprobó con orgullo cómo en América seguía siendo un hombre querido y respetado por sus compañeros de profesión

Wences Moreno murió mientras dormía la madrugada del lunes al martes 20 de abril de 1999 en Nueva York. El día 17 no celebró su 103 cumpleaños, una efeméride que por primera vez desde hacía 30 años no festejaba.


The New York Times destacó en su necrológica: “En una carrera de más de ocho décadas, Wences demostró repetidamente ser un miembro estelar de una constelación en la que brillaron Edgar Bergen, Paul Winchell y otros populares ventrílocuos que encandilaron al público desde los años veinte hasta bien entrada la era de la televisión. Lo que distinguió a Wences de los demás fue que sus personajes no eran muñecos de madera y tela como el Charlie McCarthy de Bergen o el Jerry Mahoney de Winchell. Johnny, el personaje de Wences, estaba formado sólo por su mano derecha. Pintó labios en su pulgar, colocó una ridícula peluca naranja sobre su puño, pegó unos ojos en uno de los lados de su mano, justo debajo de la peluca, y dejó que una especie de cuerpo se moviera por debajo. En el momento que empezaba a actuar, esta inesperada creación se convertía en Johnny, un descarado niño que se hacía querer, algo parecido a lo que había sido el propio Wences de pequeño”.


Curiosamente en españa es más conocido su sobrino Jose luis Moreno, También ventrilocuo.



2 comentarios:

  1. Muchas gracias por su artículo. Me gustaría hacer una pequeña aclaración, Cuando menciona "las actuaciones de los ventrílocuos callejeros Ninchi, Roque, el tío Juliano", en realidad se está Usted refiriendo a un sólo ventrílocuo, Julio Salcedo, "Juliano", que tenía como muñecos, entre otros, a Ninchi y Tío Roque. Un saludo.

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  2. Muchas gracias por su artículo. Me gustaría hacer una pequeña aclaración, Cuando menciona "las actuaciones de los ventrílocuos callejeros Ninchi, Roque, el tío Juliano", en realidad se está Usted refiriendo a un sólo ventrílocuo, Julio Salcedo, "Juliano", que tenía como muñecos, entre otros, a Ninchi y Tío Roque. Un saludo.

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