Esquilo, Rasputín y un mediático cazador de cocodrilos australiano figuran en la lista.Accidentes,
suicidios y crímenes. Cualquier forma de muerte sirve para entrar en el top ten de las desapariciones célebres de la historia.
El griego Esquilo , considerado el fundador de la tragedia griega, murió en el año 458 AC cuando un águila dejó caer sobre él una tortuga de gran tamaño, confundiendo su cabeza calva con una piedra. Todo con la intención de romper el caparazón del animal y poder comer su carne.
El destino del duque de Clarence, George Plantagenet, fue un poco más dulce. Documentos del año 1478 declaran que conociendo su vicio por la bebida, para ejecutarlo, se lo ahogó en un barril con vino
.El chef de Luís XIV, François Vatel, se suicidó en 1671 porque su orden de mariscos llegó demasiado tarde a la cocina y no pudo soportar la vergüenza de atrasarse con la cena. Su cuerpo fue descubierto por un ayudante que iba a avisarle la llegada de los insumos.
El Príncipe de Wallachia (Rumania), Constantino Hangerli, vivió y padeció en carne propia el dolor del ensañamiento y el rencor. Fue arrestado en 1799 por un soldado otomano que lo estranguló, le disparó, lo apuñaló y para no tener dudas, finalmente, lo decapitó.Pero no fue el único que probó el sabor del ensañamiento.
En 1916, el influyente monje ruso Grigori Rasputin, murió ahogado atrapado bajo hielo luego de haber sido envenenado, castrado y herido varias veces en la cabeza, los pulmones y el hígado
.Por su parte, el famoso espía y detective estadounidense Allan Pinkerton, murió al caerse en la vereda y morderse la lengua, lo que le ocasionó una gangrena y posteriormente la muerte.
Jack Daniel, el fundador de la destilería radicada en Tennessee que fabrica el famoso whiskey (así se denomina al bourbon de ese estado para diferenciarlo del escocés) que lleva su nombre, murió en 1911 de contaminación por bacterias en la sangre, seis años después de haberse lastimado un dedo del pie por patear su caja fuerte al olvidarse la combinación.
En 1941, el escritor norteamericano Sherwood Anderson se tragó un escarbadientes en una fiesta y posteriormente murió de peritonitis.
La periodista estadounidense Christine Chubbuck,se suicidó durante una transmisión en vivo el 15 de julio de 1974. Ocho minutos después de que comenzara su programa, sacó un revolver y se disparó en la cabeza.
Y el más reciente de los casos es el de Steve Hunter, conocido como el “cazador de cocodrilos”. Murió en el 2006 tras ser picado por una raya en el corazón mientras filmaba escenas para su programa
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