Rigola convierte la novela '2666' en un montaje de cinco horas
• El director del Lliure recrea la monumental obra póstuma de Roberto Bolaño
IMMA FERNÁNDEZBARCELONA
Son cinco horas --con cuatro entreactos-- para condensar las más de mil páginas de 2666, obra póstuma de Roberto Bolaño que engarza cinco historias alrededor de la figura de un enigmático novelista, Benno von Archimboldi, y una localidad mexicana: Santa Teresa, álter ego de Ciudad Juárez, ese funesto punto del mapamundi conocido por los cientos de asesinatos de mujeres impunemente soterrados.Tras casi un año de sucesivas revisiones y recortes, Àlex Rigola, director del Teatre Lliure, y el dramaturgo Pablo Ley estrenan hoy, dentro del Festival Grec, la ambiciosa adaptación del testamento literario de Bolaño: un macromontaje con cinco espectáculos --cada uno con un distinto formato escénico-- para preservar la estructura narrativa original. Y es que el autor chileno escribió como novelas independientes el repóquer de historias que, a su muerte, vieron la luz en un mismo libro y se entrelazan, sutil y brillantemente, por los crímenes de Ciudad Juárez. La obra, que se representa en el Lliure hasta el próximo sábado y volverá la próxima temporada, se acompaña con una exposición de las fotografías que Rigola hizo cuando visitó esa ciudad fronteriza, "una exageración artificial de la urbe occidental, donde la vida tiene muy poco valor y manda la violencia".CIEGOS ANTE EL MAL2666 es, según Rigola, una mirada crítica sobre nuestra sociedad; sobre "cómo nos volvemos impermeables a las tragedias; a la maldad y la muerte". Entre paladas de horror y sorna, la obra desentierra el mal del que es capaz el ser humano y "reflexiona sobre la dignidad, el oficio del escritor, la creación y la destrucción...", argumenta el director, que pidió la colaboración de Pablo Ley para abordar su más complejo proyecto: "No soy crítico literario, pero creo que esta novela no tiene nada que envidiar a Cien años de soledad".Once actores --entre ellos Julio Manrique, Cristina Brondo, Pere Arquillué, Andreu Benito, Ferran Carvajal y Chantal Aimée-- dan vida a los 40 personajes que desfilan por el escenario: filólogos, periodistas, poetas, locos, policías, sádicos... El universo creativo de Bolaño, reducido y filtrado por la visión personal de Rigola y Ley. "Hemos intentado mantener su espíritu y su prosa perfeccionista. Pero si una adaptación resulta exactamente igual que el original no vale la pena. Hay que aportar algo nuevo", arguye Ley, para quien el montaje es "una maravilla". "No es nada aparatoso porque es una obra para ser escuchada", sentencia.A Rigola le resultó especialmente "traumático" tener que dejar fuera de juego muchas historias y personajes del enorme y fascinante banquete literario del autor chileno. "Pero teníamos que tener en cuenta la pulsión con el espectador, y en el territorio ibérico un montaje de cinco horas ya es mucho". El público, por estos lares, no está acostumbrado a veladas de insomnio, como las que a veces programan festivales como el de Avignon. "Hay espectáculos de siete u ocho horas que transitan desde la puesta de sol hasta el amanecer", cuenta. Aquí solo serán cinco horas con Bolaño y Rigola.
publicado en el periodico de cataluña.
• El director del Lliure recrea la monumental obra póstuma de Roberto Bolaño
IMMA FERNÁNDEZBARCELONA
Son cinco horas --con cuatro entreactos-- para condensar las más de mil páginas de 2666, obra póstuma de Roberto Bolaño que engarza cinco historias alrededor de la figura de un enigmático novelista, Benno von Archimboldi, y una localidad mexicana: Santa Teresa, álter ego de Ciudad Juárez, ese funesto punto del mapamundi conocido por los cientos de asesinatos de mujeres impunemente soterrados.Tras casi un año de sucesivas revisiones y recortes, Àlex Rigola, director del Teatre Lliure, y el dramaturgo Pablo Ley estrenan hoy, dentro del Festival Grec, la ambiciosa adaptación del testamento literario de Bolaño: un macromontaje con cinco espectáculos --cada uno con un distinto formato escénico-- para preservar la estructura narrativa original. Y es que el autor chileno escribió como novelas independientes el repóquer de historias que, a su muerte, vieron la luz en un mismo libro y se entrelazan, sutil y brillantemente, por los crímenes de Ciudad Juárez. La obra, que se representa en el Lliure hasta el próximo sábado y volverá la próxima temporada, se acompaña con una exposición de las fotografías que Rigola hizo cuando visitó esa ciudad fronteriza, "una exageración artificial de la urbe occidental, donde la vida tiene muy poco valor y manda la violencia".CIEGOS ANTE EL MAL2666 es, según Rigola, una mirada crítica sobre nuestra sociedad; sobre "cómo nos volvemos impermeables a las tragedias; a la maldad y la muerte". Entre paladas de horror y sorna, la obra desentierra el mal del que es capaz el ser humano y "reflexiona sobre la dignidad, el oficio del escritor, la creación y la destrucción...", argumenta el director, que pidió la colaboración de Pablo Ley para abordar su más complejo proyecto: "No soy crítico literario, pero creo que esta novela no tiene nada que envidiar a Cien años de soledad".Once actores --entre ellos Julio Manrique, Cristina Brondo, Pere Arquillué, Andreu Benito, Ferran Carvajal y Chantal Aimée-- dan vida a los 40 personajes que desfilan por el escenario: filólogos, periodistas, poetas, locos, policías, sádicos... El universo creativo de Bolaño, reducido y filtrado por la visión personal de Rigola y Ley. "Hemos intentado mantener su espíritu y su prosa perfeccionista. Pero si una adaptación resulta exactamente igual que el original no vale la pena. Hay que aportar algo nuevo", arguye Ley, para quien el montaje es "una maravilla". "No es nada aparatoso porque es una obra para ser escuchada", sentencia.A Rigola le resultó especialmente "traumático" tener que dejar fuera de juego muchas historias y personajes del enorme y fascinante banquete literario del autor chileno. "Pero teníamos que tener en cuenta la pulsión con el espectador, y en el territorio ibérico un montaje de cinco horas ya es mucho". El público, por estos lares, no está acostumbrado a veladas de insomnio, como las que a veces programan festivales como el de Avignon. "Hay espectáculos de siete u ocho horas que transitan desde la puesta de sol hasta el amanecer", cuenta. Aquí solo serán cinco horas con Bolaño y Rigola.
publicado en el periodico de cataluña.
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